Por Michael Haderle en Miller McCune Smart Journalism Real Solutions
Un nuevo estudio con escáners cerebrales que lo respaldan sugiere que las personas que practican regularmente meditación mindfulness realmente procesan las situaciones que involucran a la razón de manera diferente.
No es un secreto que los humanos no son completamente racionales cuando se refiere a ponderar recompensas. Por ejemplo, podríamos estar perfectamente felices con cuanto dinero estamos ganando, hasta que averiguamos cuanto dinero está ganando la persona del cubículo próximo.
Pero un nuevo estudio sugiere que las personas que practican regularmente la meditación Mindfulness o Meditación Budista de hecho procesan estas situaciones comunes de manera diferente y los investigadores tienen los escáners cerebrales para probarlo.
Urlich Kirk y colaboradores en el Colegio de Medicina Baylor en Houston hicieron que 40 sujetos en un grupo control y 26 meditadores de mucho tiempo participaran en un experimento bien conocido llamado el Juego del Ultimátum. Va de la siguiente manera:
Una persona tiene una suma de dinero para repartir con otra persona. Si la otra persona acepta la oferta, ambas se marchan con el efectivo en sus bolsillos, pero si el o ella rechaza la oferta como demasiado miserable - algo que sucede sorpresivamente demasiado a menudo - ninguno recibe nada.
El curso racional es aceptar cualquier oferta que sea propuesta, porque obtener algo es mejor que no obtener nada, pero el Juego del Ultimátum sugiere que para muchas personas, la emoción le gana a la razón. Ser tratado con justicia es mejor que salir mejor financieramente.
Los sujetos de Kirk tuvieron $20 para repartir entre ellos. Cuando las ofertas fueron salvajemente asimétricas (quedarse con $19 para uno mismo, mientras que se ofrece solamente $1), 72% de los participantes en el grupo control rechazaron el dinero, significando que ambas partes se quedaron con las manos vacías. Pero cuando los meditadores jugaron, solo el 46% rechazaron la oferta injusta. Más de la mitad estuvieron dispuestos a tomar lo que se les ofreciera.
Los sujetos a prueba jugaron el juego mientras estaban acostados dentro de un escáner de imagenes de resonancia magnética, permitiendo a los investigadores ver qué áreas de su cerebro se activaban mientras respondían a varias ofertas monetarias. Como experimentos anteriores con el Juego del Ultimátum, los sujetos del grupo control vieron un incremento en la actividad en una estructura cerebral llamada la ínsula anterior cuando se les confrontaba con una oferta injusta - un área ligada con la emoción del disgusto.
Pero los cerebros de los meditadores reaccionaron bastante diferente, activando regiones cerebrales asociadas con la interocepción - la representación del estado interno del cuerpo. De hecho, los investigadores encontraron muy poca superposición en las respuestas neuronales de los dos grupos.
Kirk, quien reclutó a los meditadores del Centro Zen de Houston y otros grupos Budistas locales, quería explorar un mecanismo diferente para manejar sus emociones que los usualmente estudiados en la neurociencia cognitiva.
"Para nosotros parece que una manera más ecológica de hacer esto sería ver los efectos de la meditación mindfulness", dice él. "Mindfulness, a diferencia de la regulación emocional, está usando una perspectiva externa sobre las propias experiencias, en lugar de cambiar su contenido (a través de la distracción) o contexto (a través del re encuadre).
Kirk, ahora un asistente de investigación en el Laboratorio de Neuro Imagen Humana en el Tec de Virginia, dice que mientras que el comportamiento del meditador parece en "general" más "racional" que el de la mayoría de los participantes del grupo control, no usaron la corteza dorso lateral prefrontal, la parte del cerebro usualmente asociada con el razonamiento frío y calculado.
También entrevistó informalmente a muchos de los meditadores después de que pasaron por sus escáners cerebrales. "Ellos reportaron que las ofertas no parecieron injustas de hecho, o en lugar de eso, "que la diferencia no es igual a la injusticia", dice Kirk. "Era como si la percepción de diferencia incita menos reactividad en los meditadores".
Traducido por Roberto González Lazo, directamente de Miller McCune