22 de Noviembre de 2011
Traducido por Roberto González LazoSharon Salzberg dijo que su mente podría ser muy diferente si no fuera por la meditación, y nueva investigación neurológica sugiere que ella podría tener razón.
Atormentada por una niñez traumática y estresante, Salzberg viajó a la India como estudiante universitaria y descubrió la meditación. No solo le ayudó a lidiar con su pasado doloroso, dijo Salzberg, sino que la práctica le ayudó a cambiar la manera en que su mente trabajaba.
"Realmente nunca había mirado hacia adentro", dijo Salzberg, una co-fundadora de la Sociedad de Meditación para el Insight y autra de siete libros sobre meditación. "Sentía mucha más presencia, en lugar de estar distraída. Se sentía como si un mundo nuevo se abriera para mí".
Un nuevo estudio de la Universidad de Yale sugiere que los cerebros de los meditadores experimentados como Salzberg puede realmente trabajar de manera diferente que los cerebros de aquellos que no meditan. El estudio da a los científicos una ventana a la mente meditando, proveyendo evidencia de que la práctica parece cambiar la manera en que el cerebro trabaja y podría dar a los meditadores un apoyo cuando se trata de lidiar con trastornos mentales.
Dr. Judson Brewer, director médico de la Clínica Terapéutica de Neurociencias de Yale, y sus colegas le pidieron a 10 meditadores experimentados y a 13 personas sin experiencia en meditación que practicasen tres técnicas de meditación básicas: concentración, amor incondicional, y atención sin objeto.
El equipo después usó imágenes de resonancia magnética para observar la actividad cerebral de los participantes cuando estaban practicando las técnicas de meditación y después se les dio la instrucción de no pensar en nada en particular.
En un reporte publicado en los Procederes de la Academia Nacional de Ciencias, Brewer y su equipo reportaron que los meditadores experimentados habían reducido la actividad en el área del cerebro llamada la red de modo por default, una región que usualmente está trabajando cuando la mente vaga. Incluso cuando los meditadores no estaban meditando, esta región de su cerebro era mucho más callada que en la de sus contrapartes inexperimentados.
Brewer, quien ha practicado meditación con si mismo, dijo que la experiencia con la meditación también parece optimizar la manera en que el cerebro se comunica con si mismo. Cuando las redes de trabajo automáticas de los meditadores experimentados estaban activas, también lo estaban regiones del cerebro asociadas con auto-monitoreo y control cognitivo.
"Estas personas tienen un modo automático diferente", dijo Brewer. "Están constantemente dándose cuente del vagar de su mente".
La mayoría de las personas pasan mucho tiempo con sus mentes vagando o soñando despiertas, y la investigación muestra que esto viene con pros y contras cognitivos. Los científicos han mostrado que el soñar despierto puede ser algo bueno, proveyendo impulso a la creatividad, ayudar en el proceso de las funciones sociales, y refinar otros procesos psicológicos importantes.
Sin embargo, estudios recientes han sugerido que una mente vagando también es infeliz. En el 2010, un estudio encontró que las personas reportaban ser significativamente menos felices cuando sus mentes estaban vagando que cuando estaban concentradas en una tarea. Los investigadores sugieren que esto es porque cuando nuestras mentes están vagando, la mayoría de nosotros estamos preocupados en lugar de vivir el momento.
Brewer también nota la marca psicológica de muchas formas de enfermedad mental -- ansiedad, depresión, trastorno por estrés postraumático, y esquizofrénia -- es una preocupación con nuestros propios pensamientos, especificamente los negativos. Una serie de estudios han ligado estos trastornos con la sobreactividad de cableado neurológico con fallas en el modo de trabajo automático, la región que estaba menos activa en los meditadores experimentados.
"Una de las cosas que la meditación y el mindfulness básico parecen estar haciendo es aquietar estas regiones del cerebro", dijo Brewer. "Tiene sentido completamente, dado lo que sabemos acerca del modo automático de la red de trabajo".
La meditación no es una cura para las enfermedades mentales, dijo Brewer, pero dijo que su estudio sugiere que puede haber una base neuronal para los beneficios que muchos meditadores reportan -- atención incrementada, concentración mejorada, y una mejor habilidad para lidiar con el estrés cognitivo y emocional de la vida moderna.
Salzberg dijo que ella espera que el estudio científico cada vez mayor siga documentando los beneficios de la meditación para calmar una mente en problemas.
"Es bastante bueno que en nuestros tiempos actuales donde la ciencia es el lenguaje de la validación, hay evidencia que muestra que de hecho esto es verdad", dijo Salzberg.
En un reporte publicado en los Procederes de la Academia Nacional de Ciencias, Brewer y su equipo reportaron que los meditadores experimentados habían reducido la actividad en el área del cerebro llamada la red de modo por default, una región que usualmente está trabajando cuando la mente vaga. Incluso cuando los meditadores no estaban meditando, esta región de su cerebro era mucho más callada que en la de sus contrapartes inexperimentados.
Brewer, quien ha practicado meditación con si mismo, dijo que la experiencia con la meditación también parece optimizar la manera en que el cerebro se comunica con si mismo. Cuando las redes de trabajo automáticas de los meditadores experimentados estaban activas, también lo estaban regiones del cerebro asociadas con auto-monitoreo y control cognitivo.
"Estas personas tienen un modo automático diferente", dijo Brewer. "Están constantemente dándose cuente del vagar de su mente".
La mayoría de las personas pasan mucho tiempo con sus mentes vagando o soñando despiertas, y la investigación muestra que esto viene con pros y contras cognitivos. Los científicos han mostrado que el soñar despierto puede ser algo bueno, proveyendo impulso a la creatividad, ayudar en el proceso de las funciones sociales, y refinar otros procesos psicológicos importantes.
Sin embargo, estudios recientes han sugerido que una mente vagando también es infeliz. En el 2010, un estudio encontró que las personas reportaban ser significativamente menos felices cuando sus mentes estaban vagando que cuando estaban concentradas en una tarea. Los investigadores sugieren que esto es porque cuando nuestras mentes están vagando, la mayoría de nosotros estamos preocupados en lugar de vivir el momento.
Brewer también nota la marca psicológica de muchas formas de enfermedad mental -- ansiedad, depresión, trastorno por estrés postraumático, y esquizofrénia -- es una preocupación con nuestros propios pensamientos, especificamente los negativos. Una serie de estudios han ligado estos trastornos con la sobreactividad de cableado neurológico con fallas en el modo de trabajo automático, la región que estaba menos activa en los meditadores experimentados.
"Una de las cosas que la meditación y el mindfulness básico parecen estar haciendo es aquietar estas regiones del cerebro", dijo Brewer. "Tiene sentido completamente, dado lo que sabemos acerca del modo automático de la red de trabajo".
La meditación no es una cura para las enfermedades mentales, dijo Brewer, pero dijo que su estudio sugiere que puede haber una base neuronal para los beneficios que muchos meditadores reportan -- atención incrementada, concentración mejorada, y una mejor habilidad para lidiar con el estrés cognitivo y emocional de la vida moderna.
Salzberg dijo que ella espera que el estudio científico cada vez mayor siga documentando los beneficios de la meditación para calmar una mente en problemas.
"Es bastante bueno que en nuestros tiempos actuales donde la ciencia es el lenguaje de la validación, hay evidencia que muestra que de hecho esto es verdad", dijo Salzberg.