viernes, 25 de octubre de 2013

Por qué se nos hace difícil meditar?

Ed y Deb Shapiro exploran las razones y obstáculos. 

Traducido por Roberto González Lazo, directamente de mindful.org 



Que tiene algo tan simple como sentarse quieto y observar la respiración que evoca pánico, miedo e incluso hostilidad? No importa que tantos reportes hay que prueban el valor mental, emocional y físico de estar quieto, parece haber un número incluso más grande quienes se rehúsan a darle una oportunidad. 
La meditación puede realmente ser un reto, e incluso más si no estamos seguros de por qué lo estamos haciendo. Puede parecer muy extraño sentarse ahí solo escuchando el parloteo incesante en nuestra cabeza, y fácilmente nos aburrimos si no hacemos algo por tanto tiempo, incluso si son solo 10 minutos. 
Después de años de escuchar una plétora de razones por las cuales las personas encuentran difícil meditar, las hemos reducido a unas cuantas:
1. Estoy demasiado ocupado, no tengo tiempo. Lo cual realmente puede ser cierto si tienes niños pequeños y un trabajo de tiempo completo, y todo lo que esto conlleva. Sin embargo, solamente estamos hablando de quizás 10 minutos al día. La mayoría de nosotros pasamos más tiempo que eso leyendo el periódico o navegando ociosamente en la red. Solo parece como si no tuviéramos tiempo porque usualmente llenamos cada momento con actividad y nunca presionamos el botón de pausa. 
2. Encuentro realmente incómodo sentarme por demasiado tiempo. Si estás intentando sentarte con las piernas cruzadas en el piso, entonces si se pondrá incómodo. Pero te puedes sentar derecho en una silla firme y cómoda en lugar de eso. O puedes hacer meditación caminando, o yoga o tai chi. La meditación en movimiento puede ser tan benéfica como la meditación sentada. 
3. Mi mente no deja de pensar: No puedo relajarme. No puedo meditar. Simplemente no puedo! Mi mente no se queda quieta, vuela de un  lugar al otro! Mis pensamientos me están volviendo loco! Estoy tratando de huir de mi misma, no de ver hacia dentro. Te suena familiar?
Suficientemente sorprendente, tratar de detener tu mente de pensar es como intentar detener el viento - es imposible. En la enseñanza Oriental la mente se describe como un mono ebrio mordido por un escorpión porque, igual que un mono brinca de rama en rama, así la mente brinca de una cosa a la otra, constantemente distraída y ocupada. Entonces, cuando vienes a sentarte quieto e intentas calmar tu mente, encuentras toda esta actividad maníaca sucediendo y parece locamente ruidoso. Realmente no es nada nuevo, solo que ahora te estás volviendo consciente de ello, mientras que antes estabas inmerso en ello, inconsciente de que ese parloteo era tan constante. 
Esta experiencia de la mente estando ocupada es muy normal. Alguien una vez estimó que en cualquier sesión de meditación de 30 minutos podemos tener más de 300 pensamientos. Años de una mente ocupada, años de crear y mantener dramas, años de estrés y confusión y centrarse en uno mismo, y la mente no tiene idea de como quedarse quieta. En lugar de eso, desea entretenimiento. No es como si repentinamente pudieras apagarla cuando meditas, solo significa que eres como los demás. 
4. Hay demasiadas distracciones, es demasiado ruidoso. Se han ido los días cuando podíamos desaparecer en una cueva y quedarnos sin distracciones hasta emerger algún tiempo después completamente iluminados. En lugar de eso, todos tenemos que lidiar con los sonidos e imposiciones del mundo a nuestro alrededor. Pero - y es un gran pero - no necesitamos dejar que se imponga. Carros pasando afuera? Bien. Que pasen, pero no te vayas con ellos. La quietud que estás buscando está adentro, no afuera. La experiencia de calma es acumulativa. Entre más te sientas, entonces lentamente, la mente se vuelve más serena, más alegre, a pesar de cualquier distracción que pueda haber. 
5. No veo el beneficio. Desafortunadamente, aquí es donde tienes que tomar nuestra palabra. Algunas personas entienden lo benéfico que es la meditación después de solo una semana, pero a la mayoría de nosotros nos toma más tiempo - quizás notes una diferencia después de una semana, o quizás dos de práctica diaria. Lo cual significa que tienes que confiar en el proceso lo suficiente para quedarte ahí y seguir, incluso antes de obtener los beneficios. 
Recuerda, la música necesita tocarse por horas para aprender las notas correctamente, mientras que en Japón toma 12 años aprender a arreglar flores. Quedarse quieto sucede en un momento, pero puede tomar algún tiempo antes de que ese momento venga - por lo tanto se necesita paciencia.

6. No soy bueno para esto; no lo hago bien. De hecho, es imposible fallar en la meditación. Incluso si te sientas por 20 minutos pensando pensamientos insignificantes sin parar, está bien. No hay correcto o incorrecto, y no hay una técnica especial. El maestro de meditación de Deb, le dijo que hay tantas formas de meditación como personas que la practican. Así que lo único que necesitas es encontrar la manera que funcione para ti (incluso si prefieres practicarla parado o de cabeza) y ser constante. 
El punto importante es que te vuelvas amigo de la meditación. No será útil para nada si sientes que tienes que meditar, por ejemplo, y después te sientes culpable si no lo hiciste el tiempo acordado o solo haces 10 minutos cuando habías prometido que lo harías 30. Es mucho mejor practicar solo por un período corto de tiempo y disfrutar lo que estás haciendo que sentarse, con los dientes apretados, porque te dijeron que solo 30 o 40 minutos tendrán efecto. La meditación es un compañero de por vida, como un viejo amigo a quien recurres por apoyo, inspiración y claridad. Es para disfrutarse!

7. Es solo cosa rara de New Age. Ciertamente es fácil perderse en lo atractivo de las promesas de la New Age de felicidad eterna pero la meditación en si es tan vieja como los cerros. Hace más de 2,500 años el Buda era un meditador dedicado quien probó muchas formas diferentes de calmar la mente. Y ese solo es un ejemplo, cada religión tiene su propia variación del tema, y todas se remontan a siglos. Así que nada nuevo aquí, y nada raro. 

En otras palabras, la meditación no es forzar la mente a quedarse absolutamente quieta. En lugar de eso es soltar la resistencia, de lo que sea que se origine: duda, preocupación, incertidumbre, y sentirse inadecuado, los dramas sin fin, el miedo y el deseo. Cada vez que encuentras tu mente vagando, soñando despierta, recordando el pasado o planeando hacia delante, solo regresa al ahora, regresa a este momento. Todo lo que necesitas es poner atención a ser con lo que es. Nada más.